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Ateo y francmasón

Publicado: 2014-12-13


Es poco común ser ateo o agnóstisco y a su vez francmasón en Latinoamérica, sobre todo en Perú, donde la gran mayoría de miembros (de todas las obediencias, cuerpos y órdenes), son creyentes, amparando la necesidad de la creencia en un ser supremo por parte de los masones modernos, entre otras razones, a los postulados de los Dres. James Anderson y Jean Theophile Desaguliers (científico y miembro de la Royal Society) en “Las constituciones de los franc-masones”, publicada en 1723. Frente a ello, es bueno citar lo que nos dice el Hno. Joaquim Villalta en su blog, citando al Dr. Charles Porset, V° Orden del Gran Capítulo General del Rito Francés del Gran Oriente de Francia, conocido especialista sobre el siglo 18 e historia de la masonería:

“Se ha tomado el pretexto de la exclusión del ateo estúpido para decir que la orden rechazaba a los no creyentes y que la masonería era cristiana. Es inexacto, porque la expresión “Stupid Atheist” está prestada de un pastor presbiteriano, John Weemse, contemporáneo de Anderson y Desaguliers, que en su obra ‘A Treatise of the Horno Degenerate sonnes viz (sic = with) the Atheist, the Idolater, the Magicians and the Jews’ (London, Thomás Cotes, 1636), distingue cuatro categorías de ateos: aquel que niega a Dios («Denying God»); el que duda de su existencia («Disputing Atheist») el cree sólo en lo qué le aportan sus sentidos («Physicall Atheist») y finalmente al ateo estúpido que es impermeable a las luces de la razón; en realidad tal ateo no existe; hace las veces de espantapájaros en su exposición andersoniana – de soporte para poder moldear al gusto-. Designando sólo ése de una manera totalmente retórica, Anderson-Désaguliers no excluyen las tres otras categorías de ateos – lo que concuerda perfectamente con el espíritu latitudinario de la masonería”.

A pesar de todo, la masonería es un institución donde prima la diversidad y creo que éso es lo que la ha hecho tan fuerte. Para finalizar, considero conveniente recordar unas pequeñas líneas fundamentales escritas en las constituciones de 1723 y que todo masón nunca debe olvidar jamás:

“Pero aun cuando en los tiempos antiguos los masones estaban obligados en cada país a ser de la religión de ese país o nación, cualquiera que fuera, hoy se cree más oportuno obligarles sólo a la religión en que todos los hombres están de acuerdo, dejando sus particulares opiniones para ellos mismos, esto es, ser hombres buenos y leales, hombres de honor y de honestidad, cualquiera que sea la confesión o creencia que los distinga. De este modo, la Masonería se convierte en el centro de unión y el medio para establecer la verdadera amistad entre personas que, de otro modo, habrían permanecido distanciadas entre sí para siempre”.

Hno. John Orrego


Escrito por

John Orrego

Nada interesante o resaltante, por el momento.


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Masonería

Reflexiones personales para el entendimiento de la masonería.